Hay ocasiones en que no logramos aprovechar todo el potencial de un equipo eficaz. A veces porque prevalecen los protagonismos… en otras, los antagonismos. Pero de cualquier manera, esta historia me parece ideal para reflejar lo que es un verdadero equipo, aún y cuando todos sus miembros están compitiendo por el éxito.
Hace algunos años, en las Olimpiadas para Minusválidos de Seattle, también llamadas de "Paraolimpíadas", nueve participantes, todos con deficiencia mental o física, se alinearon para la salida de la carrera de los cien metros planos.
A la señal, todos partieron, no exactamente disparados, pero con deseos de dar lo mejor de sí, terminar la carrera y ganar el premio.
Todos, excepto un chico, que tropezó y cayó, salió rodando y comenzó a llorar.
Los otros competidores escucharon el llanto, disminuyeron el paso y miraron hacia atrás.
Vieron al chico en el suelo, se detuvieron y regresaron... ¡Todos!
Una de las chicas, con Síndrome de Down, se arrodilló, le dio un beso al muchacho y le dijo: "Listo, ahora va a sanar".
Y todos entrelazaron los brazos y caminaron juntos hasta la línea de llegada.
Todas las personas presentes en el estadio se pusieron de pie, catapultadas por la emoción. El largo aplauso que retumbó en Seattle en 1992, todavía se escucha al día de hoy.
Esta historia me ayuda a reflexionar sobre la potencia del Coaching de Equipos. Muchas veces no vemos que uno de los miembros del equipo necesita de nuestra ayuda para poder seguir adelante. En otras ocasiones, simplemente con una comunicación efectiva, se logra superar cualquier escollo y alcanzar los objetivos comunes.
El Coaching de Equipos no sólo provoca orgullo de pertenencia al ver los resultado alcanzados, sino que logra una visión compartida de sus logros y libera la mente de los participantes de creencias improductivas.
Sólo me queda pedirte que reflexiones sobre tus equipos de trabajo… ¿Están funcionando como deberían?... ¿Alcanzan las metas y objetivos trazados?... ¿Trabajan en armonía y se comunican efectivamente?.
Recuerda que en un Equipo de Trabajo, el éxito de todos es el éxito de cada uno. Pero el éxito individual, puede ser el fracaso de todos.
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